miércoles, 27 de enero de 2016

Prostitución en el cine: agitación y propaganda

La prostitución en el cine: una historia de agitación y propaganda[1]

Pilar Aguilar
Prisioneras entre muros cambiantes. A menudo, cuando pienso en la situación de las mujeres, me vienen a la mente esas palabras de Cernuda[2] (aunque, como pueden figurarse, él no las decía refiriéndose a nosotras). Hemos derribado en muy poco tiempo enormes y variados muros: legales, mentales, espaciales, profesionales… pero comprobamos que algunos se vuelven a reconstruir un poco más allá, con otra forma y con otros materiales. No estoy negando nuestros enormes avances -pues hacerlo equivaldría a olvidar los velos, ataduras, prohibiciones, sometimientos en los que vivíamos no hace tanto- pero forzoso es constatar que seguimos prisioneras entre muros cambiantes, algunos de los cuales parecen inamovibles.


domingo, 24 de enero de 2016

Joven-madre enardecida


Como señalé el otro día, las mujeres (feministas o no) debemos debatir constantemente unas con otras porque así es como se avanza. Y debemos intentar hacerlo con cortesía. Ahora bien, el artículo que aquí comentaré
http://estudiosobreelutero.blogspot.com.es/2014/12/carta-las-feministas-que-fueron-antes.html?q=carta%20a%20una%20feminista) no es de debate. Es una serie de improperios ofensivos y totalmente disparatados. La joven-madre se indigna (sí, se indigna) contra las feministas mayores porque no le avisamos de que el permiso de maternidad duraba 16 semanas (no sabía yo que esa fuera nuestra misión); nos acusa de luchar (sí, luchar, literal) contra la maternidad. Y yo pregunto ¿a quién se cree esa señora que le debe el permiso de maternidad? Que, por supuesto, se podrá mejorar pero ¿a quién le debe las 16 semanas actuales sino a la lucha de las mujeres? Y, para rematar, nos tacha de ser estrechas colaboradoras del neocapitalismo y la explotación. Ya sé que hay quien dice que entre mujeres no debemos “pelearnos”. Yo ni me peleo con gente así. Simplemente suelto la indignación (sí, yo también me indigno) que me produce tanta tontería doblada de tanta mala baba.

miércoles, 20 de enero de 2016

Desmontando a Woody Allen.

Este artículo sobre la película de Woody Allen "Desmontando a Harry" se publicó en 1998, en la revista Festa da Palabra (nº 14, págs. 121-123). Lo señalo porque me encantó verme traducida al gallego. 


W. Allen tiene fama de ser hombre de ideas. Incluso -todo hay que decirlo- de ideas bastante fijas. La que sin duda alguna le obsesiona, la que él plasma una y otra vez de manera recurrente en casi todas sus películas,  se resume así: “Soy neurótico pero hay que ver cuánto me intereso a mí mismo y cuánto sé enternecer a los (y sobre todo a las) demás”. 
Tal predicado constituye, desde luego, el núcleo temático de su último film: Desmontando a Harry.

martes, 19 de enero de 2016

Otra loa (una más) a la violencia

Cuando vi Los odiosos ocho de Tarantino, pensé en este otro film, Suburra (Stefano Sollima, 2015) que también he visto recientemente. Creo que aún no se proyecta en España (y no sé si se proyectará, puede que sí), de modo que no entraré en muchos detalles.
Recordemos que, en la antigua Roma, Suburra era el barrio más sórdido y mal famado. En él se concentraban prostíbulos y tugurios. Por lo mismo, aunque era un barrio de miseria, también acudían a él las clases altas (en persona o enviando a sus servidores) en búsqueda de “emociones fuertes” o “carne fresca”. Suburra era, pues, lugar de confluencia del hampa, del dinero, del vicio y del poder, donde cada cual buscaba lo suyo pero apoyándose en los demás.

Y esto cuenta esta película: los estrechos lazos que actualmente los poderosos italianos (en el caso de la película, los políticos) mantienen con la delincuencia. Narra la connivencia y los apaños que tejen y entrelazan la mafia y la política en torno a proyectos urbanísticos e inmobiliarios.
El guion de Suburra es complejo y manifiestamente ambicioso: entrecruza personajes múltiples y nos lleva por ambientes muy dispares. Tan dispares que, a veces, no vienen realmente a cuento. Eso pienso de las escenas con el papa, por ejemplo. Me parecen gratuitas, forzadas y poco convincentes. Un adorno innecesario.

lunes, 18 de enero de 2016

Los odiosos ocho (Tarantino, 2015)

Qué guay, la sangre. El sadismo, la brutalidad, la violencia: todo guay (o funny, según Tarantino )

Como bien sabemos, el relato audiovisual es el predominante en nuestra sociedad, el que tiene mayor predicamento y poderío.
Por eso, si se quiere comprender el mundo, hay que pensar sobre lo que nos predican las pantallas: qué callan, qué vocean, desde qué ángulo, con qué intenciones.
Las intenciones y la ideología siempre están ahí, aunque el o la  creadora ni lo sepa, ni lo tenga en su consciente. La mirada (o la “ceguera”) siempre es una toma de posición, siempre construye un punto de vista, se quiera o no.


Porque lo primero que se debe tener presente es esto: la representación no es la realidad. Cuando vemos una película o una serie, no vemos la realidad sino una construcción sobre ella. Una propuesta de mirada sobre la realidad. Pero, investigando la representación (empezando por investigar qué no se representa, qué sí y cómo) se aprenden cosas importantes. Al analizar la representación que mayoritariamente se difunde, se deduce en qué se nos instruye, en qué modos y maneras se nos educa, qué mundos se nos venden como estupendos, con qué nos dicen que hemos de divertirnos, en qué temas o personas no merecen la pena detenerse porque no son dignos de tener relato, etc. etc.

sábado, 9 de enero de 2016

SUFRAGISTAS (Sarah Gavron, 2015)


La conquista del Lejano Oeste dio para cientos y cientos de películas. Las historias de amores y/o desavenencias entre padres (varones) e hijos (varones), las de pandillas de amigos (varones) haciéndose los graciosos o realizando misiones arriesgadas se han declinado en todos los modos posibles. La de héroes (varones) cargados de armas mortíferas y destruyendo sin tasa a fin de salvarnos inundan las pantallas (grandes o chicas). Hay tantas que nos salen por la orejas (al menos a mí).
Entonces ¿por qué remoloneo antes de escribir mi opinión sobre “Sufragistas”, esa rara avis? Remoloneo porque ya hay varias críticas y comentarios que me parecen interesantes. 
Por citar solo algunas:
Octavio Salazar:
O Charles Jhohef Florez en Facebook: