viernes, 3 de mayo de 2013

Ayer no termina nunca. La tontería de algunos, tampoco





Javier Ocaña dice, en El País, comentando Ayer no termina nunca, la última película de Isabel Coixet: 
"la directora parece haber luchado por huir de los “ismos”: maniqueísmo, dogmatismo, feminismo".
Equipara, pues, el feminismo con el dogmatismo y el maniqueísmo.




 



De su frase se desprende aquello que sueltan algunos cuando, con cuatro copas de más, se acodan en la barra y lanzan profundos pensamientos y sentencias: "Todos los ismos son malos". 
Si hablara de la lucha de los negros contra la esclavitud ¿igualaría esclavismo y antiesclavismo?

Antes del diluvio



"Salvaje es la muerte, segadora de la humanidad ¿por cuánto tiempo construimos casas? ¿Por cuánto tiempo nos comprometemos?" Poema de Gilgamesh



Expo "Antes del diluvio". Piezas bellísimas. Emoción al constatar lo que los humanos pergeñaron hace ya cinco mil quinientos años (sí, sí, habéis leído bien).
En Mesopotamia se crearon las primeras ciudades, la primera red de comunicaciones, con vías, canales y postas, la escritura, el cálculo, las unidades de medida del tiempo, el espacio y el valor de los bienes, el derecho, manifestaciones culturales... También, todo hay que decirlo, desarrollaron las jerarquías sociales y la división del trabajo, el capitalismo, un poder fuerte (monárquico o imperial).
Os la aconsejo vivamente. 
Me dejó pensativa esta consideración: la escritura se habría creado, no para anotar lo visible, sino para acercarnos a lo invisible ¿será verdad? ¿qué pensáis?


Responden
Viky Frías Ruiz estoy de acuerdo, aunque la escritura parezca realista, nunca lo es, siempre nos lleva a lo invisible.

 Teresa Conde Santos La escritura siempre nos permite intuir aquello que se esconde tras de ella, lo no "escribible", lo inefable; la escritura es la apariencia que nos muestra que hay algo que no lo es, que no se ve, porque no es posible expresar toda la realidad en palabras. Es más rica y más compleja

 Asuncion Larrinaga: ¿La escritura.........para contarnos lo invisible a nosotros mismos. ciegos