miércoles, 27 de abril de 2016

Les habitants. R. Depardon.

Anoche estuve en el preestreno de “Les habitants” la última peli de Depardon. 
No sé si Depardon es muy conocido en España. En Francia sí. Primero como fotógrafo y luego como cineasta. A mí me suele interesar mucho lo que hace. Y, por ejemplo,Délits flagrants” de 1994, me dejó impactada.
Vino Depardon a presentarla y al debate posterior. Me sorprendió lo mayor que está. También vino Claudine Nougaret, su mujer y productora (que, además, es ingeniera de sonido y fue la primera mujer operadora jefa de sonido de Francia, allá por el 86, en una peli de Rhomer). 
Oyéndolos hablar de la película, se percibe que ella es el cerebro del equipo y tiene las ideas mucho más claras. Lo digo sin querer menospreciar a Depardon. Simplemente es una constatación: No siempre los creadores, además de ser buenos en lo suyo, lo son también en otros negociados, por lo que esta pareja me parece muy productiva.


Bueno, a lo que voy: al film. Cogieron una caravana y durante 8 semanas se pasearon por diversas ciudades de Francia (evitando las muy grandes y los pueblos). Plantaban la caravana y salían a buscar a dúos de personas que estuvieran hablando entre sí, ya fuera en el banco de un parque, delante de un escaparate, en un bar… Y las invitaban a seguir la conversación (no a tener una nueva ni a responder preguntas sino a seguir con lo que estuvieran hablando) dentro de la caravana. Sentadas una frente a otra por lo que las filman de perfil. La cámara detrás de una cortina (el dispositivo de “Función de noche”).
La peli no es un estudio sociológico ni lo intenta. Las personas que entran y hablan no son un muestreo representativo de la población francesa.
Grabaron 40 y tantas horas y montaron 1h23. Exactamente 63 planos.
¿Qué deciros? Varias cosas que me sorprendieron (o que me hicieron pensar). Una es hasta qué punto la gente (así, elegida al azar) no es especialmente interesante ni original. Y dos –y al mismo tiempo y aunque parezca contradictorio- hasta qué punto lo humano, incluso en su versión más rutinaria, es complejo.
Lo siguiente que me impresionó (a ver cómo lo explico): hasta qué punto la vida de muchas mujeres sigue siendo una manifestación del sometimiento patriarcal.
Vemos a varias parejas de amigas. Y varias impresionan por eso. Viven situaciones que, vistas desde fuera y con un mínimo espíritu crítico, resultan indignantes y lo que impresiona más es la “naturalidad” con la que las viven. O sea, que no son nada feministas –aún-.
Así las dos amigas de la foto, por ejemplo. 


La de la derecha está en una historia infeliz y absurda (como poco). Colgada de un tipo que de vez en cuando aparece, se la folla y vuelve a desaparecer. La amiga le dice que lo deje y que empiece a rehacer su vida, pero ella explica que lo quiere y que confía en que con el trato el otro también termine queriéndola. Esa situación dura desde hace un año. Pero, ojo, te enteras de que antes estuvo casada durante 11 años con otro que le pegaba. Y lo asombroso es hasta qué punto lo que cuenta resulta ilustrativo de una situación de violencia. Un muestrario: “Sí, me pegaba pero es que yo lo quería y, además, pensaba que iba a cambiar y además, me sentía culpable y, además, después de todo yo no era sumisa, etc.” Te quedas con la boca abierta…
Otra pareja de amigas, ambas casadas y divorciadas con dos o tres hijos (el film no da absolutamente ninguna información sobre quiénes son, qué hacen, solo se sabe lo que se deduce de la conversación que tienen), en trabajos no excesivamente bien pagados, peleando todo el rato para que sus ex (y padres de sus hijos) les devuelvan , por ejemplo, 24,64€ del material escolar que pactaron financiar a medias…
Otra pareja de amigas: una casada y con un niño. Le cuenta a su amiga su vida cotidiana. Cuando vuelve de trabajar y tiene que hacerse cargo de la compra, la comida, el niño mientras él se mete en el ordenador… Pero, ella, aunque es consciente de que su vida no le satisface, no está aún en rebelión. Solo en una especie de resignado desencanto. Se limita a decirle a su amiga: “¿Sabes? eso que nos cuentan no es tan bonito. Hay que pensárselo mucho antes de casarse porque te crees que todo muy bien pero, no sé, luego te das cuenta de que las cosas no son así… Yo , si hubiera sabido… pero bueno, ahora ya está y quiero mucho a mi hijo”.
Y así sucesivamente.
También hay parejas de amigos. La mayoría hablan de mujeres, sí, pero siempre con el leitmotiv de follar. A veces  con un desprecio que hiela la sangre. O con un morro que también.
Y parejas mixtas, claro.
Y madres e hijos o hijas, como estás dos de la foto. La chica se va a ir a continuar  sus estudios (se intuye que es muy buena en lo suyo) a una gran ciudad. 



Y esta es la pareja que cierra la peli. En pleno enamoramiento.
En fin…

Si podéis, la veis. De entrada es un film sencillo, nada espectacular, pero de salida, me parece interesante.

miércoles, 6 de abril de 2016

No todas somos mudas o estamos en coma

[Se estrena Julieta, de Almodóvar, que yo no veré por ahora. Pero traigo este artículo publicado en 2002 (no cito la revista porque no recuerdo dónde fue). Han pasado 14 años. Creo, sin embargo, que mis comentarios siguen siendo válidos aunque haga referencias a algunas cuestiones que estaban de actualidad en aquel momento y que quizá la gente joven ya ni recuerde... Al final he añadido pequeñas críticas a ciertas películas posteriores al 2002]

Pepi, Luci y Boom estaba hecha con cuatro duros por un director novato. Pero nos dejó con la boca abierta (y no precisamente por sus muchos defectos formales). A mí me encantó. Vista desde hoy, tiene episodios brutalmente machistas (la mujer maltratada que vuelve con su maltratador porque lo que le gusta de verdad es que le rompan los brazos y piernas a base de palizas) pero entonces, yo al menos, no afinaba tanto (o sea, en el tema patriarcal, estaba totalmente desafinada).