martes, 1 de mayo de 2018

Bar Bahar de Maysaloun Hamoud (2016) y Foxtrot de Manuel Maoz (2017).


Nunca me canso de alabar la diversidad del cine y de los mundos que refleja, incluso aunque esos mundos estén, en teoría, próximos (al menos geográficamente).
Vi casi seguidas dos pelis israelíes: Bar Bahar de Maysaloun Hamoud (2016) y Foxtrot de Manuel Maoz (2017).
Y cierto, las dos son israelíes (la primera franco-israelí y la segunda germano-franco-israelí) pero construyen universos totalmente distintos a todos los niveles.



Bar Bahar no me pareció una gran película, tiene muchas torpezas de guion y una realización pobre. Pero, sin que ello sea óbice, valladar o cortapisa (como diría mi amiga Elisa Madera) la recomiendo. Trata de tres jóvenes palestinas que viven en Tel Aviv y que encarnan la diversidad de situaciones, religiones y vivencias de esa comunidad y muestra cómo el afecto y la tolerancia superan las diferencias y no impide el cariño, la complicidad ni la comprensión. 
El film nos ilustra sobre mundos que la mayoría desconocemos casi totalmente (excepto para quienes hayan vivido por allí, como es el caso de Cristina Andreu) y enriquece nuestra percepción simplista sobre una sociedad que, desde la lejanía, tendemos a simplificar y a ver como un bloque monolítico.




Foxtrot es sin duda mucho mejor película (León de Plata en Venecia y Gran Premio del Jurado). Tampoco es que me parezca una obra redonda pero sí potente y original. Consta, por así decir, de tres actos filmados de modo totalmente diferente en todos los aspectos: color, ritmo, decorados, interpretación, montaje, tono narrativo, etc. etc. Es tremenda pero, al tiempo, mezcla constantemente rasgos de humor. Bueno, quizá el último acto sea el que cae directamente en el melodrama y por eso es el más convencional, el más “déjà vu”. Es curioso porque justamente es el que tiene un contenido menos dramático y denso y más manido (la clásica escena de pareja).
Con todo, es un film pesimista: no puede haber una guerra sin que eso destroce la vida personal (más allá incluso de cuáles sean tus posiciones y actitudes).

Y nota curiosa: los dos films han encabritado a las autoridades de sus respectivas comunidades. Buena tarjeta de presentación ¿verdad?

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