"Touch of sin" (Un toque de violencia) de Jia Zhang Ke
Han estrenado Touch of sin (Un
toque de violencia) de Jia Zhang Ke. No dejéis de verla.
Es una película dura y nada complaciente
ni relajada.
Considero perfectamente legítimo y estupendo
que se vaya al cine a pasar el rato. Ciertamente, por momentos, nuestra realidad
puede pesarnos en exceso y hacer que necesitemos una "goma de borrar" (el
problema es que son escasas las que te distraen sin indignarte, verbi gratia, por
su machismo).
Pero también reivindico que, de vez en cuando,
se vea cine para aprender.
Aprender sobre muchas y variadas cuestiones, entre
otras sobre nosotros, los humanos, y esos mundos que hemos fabricado, algunos
de los cuales, como el que describe este film, pueden espeluznar.
He hablado de Jia Zhang Ke en varias ocasiones.
En España pusieron solo (que yo sepa) Naturaleza muerta que a mí me
fascinó y me sigue pareciendo sorprendente.
Ésta, Touch of sin, es su última película. Brutal. China de hoy en todo su "esplendor". Es decir: una dictadura capitalista. El peor combinado que pueda darse: devorada por la arbitrariedad, la corrupción, la sinvergonzonería, la violencia y con un sistema de explotación salvaje. Y, por supuesto, sin derechos sociales ni sindicales (ni derecho de huelga, ni libertad de prensa o manifestación, etc.). Todo atado (no sé si bien atado, espero que no, que algún día lo desaten).
Ésta, Touch of sin, es su última película. Brutal. China de hoy en todo su "esplendor". Es decir: una dictadura capitalista. El peor combinado que pueda darse: devorada por la arbitrariedad, la corrupción, la sinvergonzonería, la violencia y con un sistema de explotación salvaje. Y, por supuesto, sin derechos sociales ni sindicales (ni derecho de huelga, ni libertad de prensa o manifestación, etc.). Todo atado (no sé si bien atado, espero que no, que algún día lo desaten).
En semejante sociedad, cuanto más oportunista,
vivales, brutal y sin entrañas sea un individuo mejor le irá. Y, al revés.
Lo peor y más duro de esta película es
justamente esa constatación: la ira ante la arbitrariedad, el deseo de justicia,
el aprecio de la propia dignidad, la necesidad de relaciones no mercantilizadas…
todo ello se hace difícil de conseguir porque ni siquiera puede cristalizar en
lucha social. Y, está claro: cuando se vive en una sociedad que te condena al oprobio, solo la lucha colectiva salva. Puede incluso que,
en el peor de los casos, los que la emprenden tengan que pagar un alto precio
pero frente al atropello, frente al maltrato, frente a la opresión, es lo único
que impide la desesperanza total, lo único que da sentido a tu vida.
Sabemos que en Chica hay ya movimientos reivindicativos
bastantes potentes y determinados (pese a la represión, que es durísima) pero en
este film no se muestran. De modo que los cuatro personajes cuya trayectoria
seguimos durante el metraje, están condenados a la desesperación personal y,
como no aceptan vivir así, están abocados a la violencia individual.
Termino como empecé, recomendándoos que vayáis
a verla. Además, también habla de nosotras (aunque de los cuatro personajes principales
solo uno sea mujer). Muestra, por ejemplo, como en una sociedad tan brutal y
asquerosa, la prostitución es siempre un "plus".
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