Anoche estuve en el preestreno de “Les
habitants” la última peli de Depardon.
No sé si Depardon es muy conocido en
España. En Francia sí. Primero como fotógrafo y luego como cineasta. A mí me
suele interesar mucho lo que hace. Y, por ejemplo, “Délits
flagrants” de 1994, me dejó impactada.
Vino Depardon a presentarla y al debate
posterior. Me sorprendió lo mayor que está. También vino Claudine Nougaret, su
mujer y productora (que, además, es ingeniera de sonido y fue la primera mujer operadora jefa de sonido de Francia, allá por el 86, en una peli de Rhomer).
Oyéndolos hablar de la película, se percibe que ella es el cerebro del equipo y tiene las ideas mucho más claras. Lo digo sin querer menospreciar a Depardon. Simplemente es una constatación: No siempre los creadores, además de ser buenos en lo suyo, lo son también en otros negociados, por lo que esta pareja me parece muy productiva.
Oyéndolos hablar de la película, se percibe que ella es el cerebro del equipo y tiene las ideas mucho más claras. Lo digo sin querer menospreciar a Depardon. Simplemente es una constatación: No siempre los creadores, además de ser buenos en lo suyo, lo son también en otros negociados, por lo que esta pareja me parece muy productiva.
Bueno, a lo que voy: al film. Cogieron una
caravana y durante 8 semanas se pasearon por diversas ciudades de Francia (evitando
las muy grandes y los pueblos). Plantaban la caravana y salían a buscar a dúos
de personas que estuvieran hablando entre sí, ya fuera en el banco de un parque, delante de
un escaparate, en un bar… Y las invitaban a seguir la conversación (no a tener
una nueva ni a responder preguntas sino a seguir con lo que estuvieran
hablando) dentro de la caravana. Sentadas una frente a otra por lo que las filman de perfil. La cámara
detrás de una cortina (el dispositivo de “Función de noche”).
La peli no es un estudio sociológico ni lo
intenta. Las personas que entran y hablan no son un muestreo representativo de
la población francesa.
Grabaron 40 y tantas horas y montaron 1h23.
Exactamente 63 planos.
¿Qué deciros? Varias cosas que me sorprendieron
(o que me hicieron pensar). Una es hasta qué punto la gente (así, elegida al
azar) no es especialmente interesante ni original. Y dos –y al mismo tiempo y
aunque parezca contradictorio- hasta qué punto lo humano, incluso en su versión
más rutinaria, es complejo.
Lo siguiente que me impresionó (a ver cómo lo
explico): hasta qué punto la vida de muchas mujeres sigue siendo una manifestación
del sometimiento patriarcal.
Vemos a varias parejas de amigas. Y varias impresionan por eso. Viven situaciones que, vistas desde fuera y
con un mínimo espíritu crítico, resultan indignantes y lo que impresiona más es la “naturalidad”
con la que las viven. O sea, que no son nada feministas –aún-.
Así las dos amigas de la foto, por ejemplo.
La
de la derecha está en una historia infeliz y absurda (como poco). Colgada de un tipo que de vez en
cuando aparece, se la folla y vuelve a desaparecer. La amiga le dice que lo
deje y que empiece a rehacer su vida, pero ella explica que lo quiere y que
confía en que con el trato el otro también termine queriéndola. Esa situación dura
desde hace un año. Pero, ojo, te enteras de que antes estuvo casada durante 11
años con otro que le pegaba. Y lo asombroso es hasta qué punto lo que cuenta resulta
ilustrativo de una situación de violencia. Un muestrario: “Sí, me pegaba pero
es que yo lo quería y, además, pensaba que iba a cambiar y además, me sentía
culpable y, además, después de todo yo no era sumisa, etc.” Te quedas con la
boca abierta…
Otra pareja de amigas, ambas casadas y
divorciadas con dos o tres hijos (el film no da absolutamente ninguna
información sobre quiénes son, qué hacen, solo se sabe lo que se deduce de la
conversación que tienen), en trabajos no excesivamente bien pagados, peleando
todo el rato para que sus ex (y padres de sus hijos) les devuelvan , por ejemplo, 24,64€ del
material escolar que pactaron financiar a medias…
Otra pareja de amigas: una casada y con un
niño. Le cuenta a su amiga su vida cotidiana. Cuando vuelve de trabajar y tiene
que hacerse cargo de la compra, la comida, el niño mientras él se mete en el ordenador…
Pero, ella, aunque es consciente de que su vida no le satisface, no está aún en rebelión. Solo en una especie de resignado desencanto. Se limita a decirle a su amiga: “¿Sabes? eso que nos
cuentan no es tan bonito. Hay que pensárselo mucho antes de casarse porque te
crees que todo muy bien pero, no sé, luego te das cuenta de que las cosas no
son así… Yo , si hubiera sabido… pero bueno, ahora ya está y quiero mucho a mi
hijo”.
Y así sucesivamente.
También hay parejas de amigos. La mayoría hablan
de mujeres, sí, pero siempre con el leitmotiv de follar. A veces con un desprecio que hiela la sangre. O con un
morro que también.
Y parejas mixtas, claro.
Y parejas mixtas, claro.
Y madres e hijos o hijas, como estás dos de la foto. La chica se va a ir a continuar sus estudios (se intuye que es muy buena en lo suyo) a una gran ciudad.
Y esta es la pareja que cierra la peli. En pleno enamoramiento.
En fin…
Si podéis, la veis. De entrada es un film
sencillo, nada espectacular, pero de salida, me parece interesante.