miércoles, 27 de mayo de 2020

The homesman deTommy Lee Jones, 2014


Me recuerda facebook que hace seis años se entrenó en Cannes este film.


Me senté en la butaca y me la tragué sin sentir, como suele ocurrir con este cine que los americanos cocinan tan estupendamente (o sea, con gran saber profesional, con mecanismos de enganche muy trabajados, con producción cuidadísima, con referentes históricos y emocionales conocidísimos, etc.). 
Luego, cuando acabó la peli y me salí del cine, me fui cabreando progresivamente.
¿Vísteis "Million Dollar Baby"? Pues ahora este otro viejales, Tommy Lee Jones, le vuelve a hacer a Hilary Swank la misma jugada que ya le hizo Eastwood:
Empieza el film y te crees que ella va a ser la protagonista: mujer fuerte, determinada, voluntariosa… pero poco a poco la van empequeñeciendo, se la van merendado y ya, al final, directamente la hacen desaparecer para quedarse ellos solitos como referente.
¡Qué hartita me tienen, de verdad!
Ésta es aún más descarada que aquella porque el guión da un giro (o cabría decir: hace un extraño) totalmente incongruente con la coherencia del personaje de Hilary Swank. Ya se podían haber buscado algo más sofisticado como truco. Eso es lo que fundamentalmente me cabrea y me hace perder el respeto a la peli.
Luego, hay detalles que quizá se puedan perdonar aunque den risa:
1. Todas las veces que se les ve comer, se dejan comida en el plato. ¡en el lejano oeste y en mitad de una tierra dura a más no poder! Tommy Lee Jones no solo no ha pasado hambre sino que no sabe lo que es la escasez.
2. Se ve a Hilary Swank fregar los platos con unas mangas de esas que se abren al final como si fueran volantes y cuelgan. Y ni se remanga, claro. O sea, Tommy Lee Jones, no ha fregado en su vida (ni, por supuesto, sospecha lo que es lavar a mano y menos aún en un lugar así).
3. Y este detalle que dejo para el final porque es tan chusco… el personaje de Tommy Lee Jones, que no se sabe qué edad tiene pero que aparece muy cascado (él, en la vida real, tiene 68) en cuestión de "virilidad", resulta un fiera: basta con que una mujer le diga "Ven" y ya está, en medio segundo y automáticamente (sin que medie contacto alguno) tiene una erección de caballo. Como si fuera un adolescente pletórico de hormonas y sistema venoso casi sin estrenar.
Tal y como indica el fotograma: Yo primero, y ella, después.

martes, 5 de mayo de 2020

Berthe Morisot (1841-1895)


Entre las ocupaciones del confinamiento, conviene recordar a mujeres extraordinarias que nos sirvan de modelo. No que todas podamos copiar su genialidad, pero sí podemos copiar su tesón, su atrevimiento, su rebeldía. Además, entrando en sus vidas, nos damos cuenta de los avances que el feminismo ha conquistado para todas las mujeres (y, en esta situación nuestra, tan proclive al desaliento, conviene recordar victorias).

Berthe Morisot pintada por su hermana Edma

domingo, 3 de mayo de 2020

Las optimistas de Gunhild Westhagen Magnor. 2014

Un film que me entusiasmó: "Les optimistes" Es un documental noruego. Cuenta las andanzas de un grupo de vóley compuesto por señoras noruegas mayores, muy mayores: la menor con 66 años y la mayor con 98 (sí, 98 y jugando al voley).
La directora es Gunhild Westhagen Magnor.



http://www.allocine.fr/video/player_gen_cmedia=19552017&cfilm=233989.html

El film ha ganado tres o cuatro premios del público en varios festivales y creo que los ha ganado merecidamente.
Es un film divertido y, como su nombre indica, optimista, sin ser nada melifluo o empalagoso.
No es esa "filosofía" de que "no importa la edad", es la filosofía de "mientras tengas edad, es decir, mientras estés pisando la tierra, aprovecha para vivir".
O sea, esas señoras no ignoran sus años, pero la disfrutan todo lo que pueden. Así, las dos más mayores saben que les queda poco (aunque están estupendas) pero en vez de lamentarse o lloriquear viven con pasión y alegría.
Se ve como se aprecian y se respetan unas a otras (y a sí mismas) y cómo tienen una sabiduría y una madurez envidiables.
Y está llena de detalles muy de mujeres.
O sea, que la tenéis que ver.