Hedy Lamarr: from Extase to Wifi (Alexandra Dean, 2018). Un documental interesante y triste.
Quienes habéis leído mi libro
El papel de las Mujeres en el cine, sabéis que admiro la inteligencia, el genio de inventora, el espíritu libre de Hedy Lamarr. En
ese libro recuerdo -someramente, claro-
algunos episodios sorprendentes, innovadores atípicos de su vida. Copio
aquí unos párrafos:
“En 1933 –con solo 19 años- rodó Extasis,
de Gustav Machaty. La película generó un escándalo tremendo porque Hedy Lamarr
(aún no se llamaba así) aparecía totalmente desnuda bañándose en un lago y
corriendo por un bosque. En otra escena, simulaba un orgasmo. Era la primera
vez en la historia del cine que se mostraban ambas cosas.
(la escena puede verse en: https://youtu.be/9jJgJXG-2vQ ).
Sus padres, asustados quizá por una hija tan “atípica”, la empujaron a
casarse con Friedrich Mandl, uno de los cuatro mayores comerciantes de armas
del momento, amigo personal de Mussolini y Hitler.
En casa de su marido, Hedy trató a grandes personajes de la época,
políticos, militares de altísima graduación. Ella, sin embargo, vivía
prácticamente encerrada y constantemente vigilada pues Mandl era extremadamente
posesivo y celoso. Lamarr aprovechó su encierro para seguir estudiando
ingeniería y aprovechó las frecuentaciones de Mandl para aprender los
pormenores de la tecnología armamentística, conocimientos que le serían de gran
utilidad para sus inventos posteriores.
Según contó en sus memorias, en 1937, consiguió escapar de su vida de
esclavitud (así la llamaba). En efecto, después de drogar a la criada encargada
de vigilarla y después de vestirse con su uniforme a fin de pasar
desapercibida, logró escapar a París y a Londres. Allí entró en contacto con el
mundo artístico y cinematográfico. Finalmente, unos meses más tarde, se marchó
a EEUU donde inició una exitosa carrera como actriz, durante la cual rodó con
los más grandes directores del momento. […]
En su vida hay, sin embargo, una faceta menos conocida pero extraordinaria:
la de inventora. En efecto, en 1941, en plena guerra mundial, a fin de
contribuir a la victoria aliada, Hedy Lamarr puso en práctica sus saberes
armamenticos y de ingeniería y se lanzó a investigar -junto con el compositor
George Antheil- un nuevo sistema de comunicación secreta. Cuando lo
descubrieron, lo patentaron con sus respectivos nombres aunque, posteriormente
ambos regalaron la patente al gobierno de USA.
La “técnica Lamarr» es un
procedimiento de codificación y transmisión totalmente innovador. Tanto que, en
aquella época, no pudo aplicarse porque exigía pasar de un sistema mecánico a
un sistema electrónico y tal cosa no se logró hasta el 1957."
Pero, viendo este documental (en el que he aprendido cosas que no sabía) he sentido mucha pena por ella y por todas esas grandes estrellas que, a cambio de su “rutilante” vida, pagaron un alto, altísimo precio.