Por lo leído y oído parece ser que a muchas personas les sorprendió, les desconcertó, les turbó y perturbó Titane. Aseguran que, viéndola, vivieron una experiencia singular, visceral, original, corrosiva…
Algunos escribieron que Titane sublimaba el cuerpo, que habría un sugerente y profundo campo de trasgresión, que rompía tabúes, exploraba la identidad humana, …
En fin, una sobrepuja de adjetivaciones
con un punto común: les parecía un film original, rompedor, novedoso, atrevido,
cuestionador, desestabilizador, etc. etc.
Y yo, que acabo de verlo,
me pregunto ¿pero es que esta gente no ha vio ninguno de los primeros Tarantino,
ni nada de Cronenberg, por ejemplo? ¿Ni siquiera vio El resplandor? ¿ni siquiera Alien? ¿no vieron Under the Skin? ¿No ha visto ninguna serie de aberraciones variadas, asesinos compulsivos, monstruitos, cybords, transhumanos, etc.?
¿nada de gore, ni de terror? ¿No? ¿nunca se ha sentado delante de una pantalla
donde chorreen vómitos, asesinatos crueles, injustificados, inesperados –pero mostrados
con todo lujo de detalles-, sexo en todas sus modalidades, seres deformes y
brutales, violencia gratuita, etc. etc.? ¿Pero de dónde salen estos críticos
que se quedan tan pasmados viendo Titane?
¿Es que hasta que vieron Titane solo
habían visto pelis Disney?
Y ya los que alaban su
belleza visual… Madre santa…
En fin, vaya nivel el de
Cannes si esa fue la Palma de Oro…
Pero lo mejor, en fin, la
crítica que me dado la puntilla y me ha dejado y con los ojos a cuadros ha sido
la de L’Humanité (periódico del
Partido Comunista Francés) que, después de unirse a la ristra de alabanzas ditirámbicas
acaba considerándola “ferozmente feminista”.
Menos mal que me pilló
sentada…
Cierto, esto de que el
PCF ande a la quinta pregunta en lo relativo a los derechos y las reivindicaciones
de las mujeres, o sea, al feminismo, viene de lejos. Quizá de siempre. Recordemos que ya cuando
Simone de Beauvoir publicó El segundo
sexo, la denigraron a fondo. Con lo de siempre, ya sabéis: burguesa que
divide al movimiento obrero y lo desvía de sus justas luchas, (lo de dividir es un mantra, ya sabéis: en cuanto pedimos algo de lo nuestro nos piden que nos callemos para no
dividir) etc. etc.
Bueno, pues, casi 75 años
más tarde, el PCF sigue impertérrito, sin tener ni idea de qué es el feminismo.
Pero, claro, como los tiempos han cambiado, ahora ya no lo denigra así,
directamente. Ahora hay que considerarse feminista y luego, a esa palabra se le puede colgar el significado que cada cual quiera. Y si el contenido que se le da a la palabra feminismo, no tiene nada que ver con los problemas
reales de las mujeres, mucho mejor, sin duda.