Ayer me propuse verla de
cabo a rabo (propiamente dicho lo del rabo). Y me reafirmo: es plasta y es increíble. Lo de
increíble no significa que un film tenga que ser verosímil. Nada que ver. Se puede entrar
emocionalmente en una historia totalmente fantástica. Puede construirse una historia "creíble" (vitalmente creíble, que te interpele) mostrando mundos inexistentes. Y un film puede hablar de nuestra vida contando historias de marcianos. Esa no es la cuestión. La cuestión es que esta peli no es ni
fantástica, ni divertida, ni interesante, ni emotiva, ni ná de ná. No puedes
tragar ni medio segundo que por guapo que sea Terence Stamp (que sí, pero soso
también) vaya dejando al personal rendido y enloquecido. Y, por si fuera poco,
ninguno de los personajes conmueve, ni inmuta. O sea, por mí como si se hielan…
Y sí, ya sé que debemos creer que estamos
ante un mensaje trascendente, metafórico y blablablá, pero a mí solo me parece
tontaina. Y el toque místico me da risa. Para rematar: no me interesa la puesta
en escena. Ni los encuadres, ni el movimiento de cámara (¿lo hay?), ni la luz,
ni el color, ni el sonido, ni la composición…
Luego vi Faces, de
Casavettes (también de 1968) que es el reverso de Teorema: ningún pathos, ningún
mensaje trascendente, ningún misticismo, ninguna metáfora. Ningún peripecia
asombrosa. Unos personajes que no tienen nada digno de mención salvo que viven
permanentemente en estado anfetamínico, alcoholizado y alterado.
Pero cine intenso, que te
sacude de lo lindo y no te deja un respiro emocional durante las más de dos
horas que dura. Hay que soportarlas, no digo que no (y para mucha gente no
valdrá la pena) pero nadie puede decir que Faces es una tontada.
PS. Ahora, eso sí:
incluso en Faces, las “disparejas” son clamorosas: Gena Rowlands 23 años más
joven que John Marley que es, a su vez, 31 año más viejo que Lynn Carlin (su
esposa en la ficción). Y, por supuesto, tanto Gena como Lynn varias toneladas
más guapas. Véase.