Hay films de los llamados clásicos que, vistos ahora, resultan insoportables. Los motivos pueden ser variados, por supuesto.
A mí uno de los motivos que me saca especialmente de quicio es el machismo rancio.
Podéis pensar, ¿por qué el rancio nos va a sacar más de quicio que el actual?
Probablemente el de hoy tenga más peligro. Seguramente es más venenoso porque, al estar actualizado y a la moda del día, nos pasa desapercibido y lo tragamos con mayor facilidad. Y sí, claro, la mayoría de las películas y de las series (aunque entre estas hay más variantes y necesitarían más matizaciones) son muy machistas, pero en este artículo quisiera concentrarme en comentar el machismo rancio.
Por ejemplo, el del film Pal Joey dirigido por George Sidney en 1957.