Al fondo, entre la nube, el Bucentaina, en primer plano, los guindos y el hilete (el corrector me señala falta; el corrector tiene un lenguaje pobre y rígido) que me une al mundo. Y no deja de maravillarme que por ese hilucho pasen voces, fotos, letras... Y eso que así, recubierto de nieve parece algo, tiene como prestancia.
En fin, por ese hilico pasa toda la vida que comparto con los otros humanos (sin olvidar los libros, claro).
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