Carmina y amen (Paco León, 2014) se ve en un suspiro. Tiene un ritmo excelente que no decae en todo
el metraje. O dicho de otra manera, la historia está bien narrada. Y lo
consigue con una gran economía de medios: pocos actores, poca acción y
poquísimos decorados. Eso por la forma.
Con respecto al fondo, al tema, considero que estamos ante un
interesantísimo estudio etnográfico de las clases populares (concretamente de Sevilla).
En Almodóvar
siempre (o casi) estábamos ante una deformación paródica (digo estábamos porque
ahora ya se dedica al melodrama, aunque en sus films sigan existiendo ciertos
toques marginales de parodia). Almodóvar tenía el punto de vista de la
"movida", un punto de vista de "moderno" que admite con
humor las conductas exóticas, que acepta los “raros con sus rarezas porque son
incluso divertidos".
Paco León es
mucho más realista y nos dice otra cosa totalmente distinta: "Hay gente
cuya inteligencia y funcionamiento no concuerda con lo que la cultura dominante
ha normalizado como estándar pero esa gente no es ni más exótica (ni más
"normal") que los aparentemente integrados".
La televisión es
el único medio que, a veces, refleja esos otros mundos (que sin embargo están en
éste) pero lo hace sin respeto, en sus vertientes más exageradas, circenses y
enloquecidas.
Paco León no. Él no busca ni “épater le bourgeois”, ni divertirnos con la mostración de un gabinete
de curiosidades. No estamos, pues, ante una galería de monstruitos, ni de seres
embrutecidos -como los que a veces pueblan las pelis de los Cohen-, ni ante una
panda de horteras cutres y reaccionarios como los que nos muestra Santiago
Segura.
Para empezar,
este director no mira a sus personajes como bichos raros, sino con cariño y respeto. Tampoco se coloca por
encima de ellos sino a su misma altura. Lo cual no significa que en la película
no haya personajes muy “límites” pero no parecen estar ahí por afán de
coleccionar anomalías sino porque en cualquier grupo humano, sea el que sea, los
hay (piénsese una comunidad de vecinos cualquiera).
Esta es
esencialmente una película realista. Yo la vi en Sevilla la tarde de su
estreno. Al día siguiente asistí, en vivo y en directo, a una demostración del
episodio "San Judas Tadeo, abogado de los imposibles". Es más: por la
noche fui de cañas a un barrio popular y me encontré con una chica (treinta y
tantos o cuarenta) que era exactamente como el personaje que interpreta Yolanda
Ramos (y que es de los que parecen más paródicos y exagerados).
Las mujeres de "Carmina y
amen".
La película nos cuenta
cómo sus personajes (esencialmente mujeres) tienen que lidiar con la vida y
cómo lo hacen de bien, echando mano de lo que tienen a su disposición.
Como sabréis (al
menos yo lo repito incansablemente) considero que una inmensa mayoría de los
films deforman la realidad. Lo hacen de varias maneras (ignorándola,
suprimiéndola, deformándola, etc.). Con las mujeres lo practican de todas las
maneras posibles y el resultado es espectacular: en un 90% de las películas somos seres absolutamente marginales a los que, según parece (fuera del lance
amoroso), no nos ocurre nada digno de contarse.
Ya sabemos que la
mitad de la población somos mujeres. Sabemos que, excepto en los puestos de
prestigio y poder que los hombres siguen copando con todo descaro, las mujeres
estamos en todas partes y hacemos de todo. Pero las películas aún no se han
enterado.
Y por eso me
gusta también Carmina y amen, no solo
porque las mujeres son protagonistas sino porque refleja una realidad
palpable, ignorada, sin embargo, por el cine: las mujeres son las que sostienen
el entramado social, gestionan las relaciones humanas, resuelven las
problemáticas que se van presentando, crean la cohesión afectiva, mantienen el
cariño, solucionan los conflictos, se hacen cargo de los asuntos cotidianos a
todos los niveles (comida, limpieza, pago de facturas, impuestos, trámites,
enseñanza, salud y enfermedad…). Esto es así entre amplias capas de la
población y muy palmario en las clases populares.
Mi teoría es que
esa situación nace justamente de la supremacía masculina que establece el patriarcado. Vivimos cambios tan
acelerados y estresantes que cualquiera siente pavor al enfrentarse a ellos. Y
más si no tienes un gran nivel cultural ni has viajado fuera de tu pueblo o
barrio. Y, desde luego, afrontar lo cotidiano es un trabajazo. Los hombres, aprovechándose de su poder, se desentienden y se lo cargan a sus mujeres. Y a ellas
no les queda más remedio que enfrentarse a sus miedos y sus limitaciones y aprender a ir al banco, a hacer "papeles", a pagar la contribución, a acudir a las reuniones de padres, llevar el control de las
diferentes medicaciones de los miembros de la familia, estar al tanto de
vacunas, facturas, cumpleaños, bodas, operaciones y de toda clase de tratos
sociales. Pero la consecuencia positiva es que ellas, al tener que ponerse las
pilas, son mucho más espabiladas, más dinámicas, más lanzadas, más modernas,
más fuertes…
Carmina y
amen lo muestra de forma clarividente.
Claro, no son
mujeres feministas. Si lo fueran, se negarían a hacerse cargo ellas solas de
todas esas tareas, lo cual redundaría beneficiosamente tanto en ellas (más descansadas)
como en ellos (más avivados). Pero mi mirada es optimista y pienso que están en
camino, que lo conseguirán porque forzosamente toda esa
responsabilidad que asumen las transforma y terminará empujándolas a
reivindicar otro tipo de relaciones personales con los varones. Seguro.
Pero, en el punto
intermedio, sufren de mucha soledad (a pesar de las redes sociales y amistosas
que fabrican), pues, ni los hombres las acompañan ni tampoco ellas consiguen
emanciparse emocionalmente de esos varones que tienen, más que a su lado, a su
cargo.
Y quizá por eso, como
también muestra la película, hay un claro trasfondo melancólico en esos
personajes femeninos. Más acentuado en Carmina pero que también marca a la hija y, con
diferentes modos, a casi todas las demás. Como notaba una amiga mía, son
mujeres resolutivas y fuertes pero en ellas se percibe una caga muy tanática.
Por resumir: el film describe la situación real de muchas mujeres de hoy en día. Mujeres que en nada se parecen a la que nos muestra el cine mayoritario (“las guapas pavas” que, indefectiblemente han de ser salvarlas por un
varón) pero que aún no han podido adueñarse de su destino y que difícilmente encuentran los hombres que puedan ser sus iguales y sus compañeros.
Pilar:
ResponderEliminarAcabo de ver esta película, me gustó mucho.
Salut!!
La película la he visto hace poco y coincido con tu análisis en casi todo, pero a mi me "chrrió" algo y no sabía qué.
ResponderEliminarEl otro día en una conversación sobre como el cine distorsiona la realidad y nos muestra como habitual lo que no lo es, caí en la cuenta que lo que hace Carmona con su marido (se lo carga) es poco frecuente y sí lo contrario, que ellos sean los que se las cargan.
Gracias, Pilar.
Donde debería poner Camina pone Carmona.
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